Bernardita Soubirous. Santa
            [967](1844-1879)

 
   
 

 

 

   Muchacha de 14 años que recibió los mensajes de la Virgen Inmaculada en Lour­des entre el 11 de Febrero de 1858 y 16 de Julio del mismo año. Después de esos singulares hechos sobrenaturales y de las dificultades que la acarrearon, optó por la vida religiosa, aunque su salud era precaria.
   Ingresó en las Hermanas de la Cari­dad de Nevers y en el seno de está familia religiosa llevó vida de piedad y penitencia intensas, pues ese era el centro del mensaje de la Virgen de Lourdes.
   El 16 de Abril de 1879 falle­ció con fama de santidad y su nombre quedó para siempre asociado al del santuario de la gruta de Massa­bielle.

 
 Fue Beatificada por Pío XI en 1925 y canonizada por el mismo Papa en 1933
 
  Mensajes de la Virgen a Bernard­ta,  interesante para una catequesis.
   - 18 de Febrero, tercera aparición, la Virgen dijo a la niña "Ven aquí durante quince días seguidos". [...] "Yo te prometo que serás muy feliz, no en este mundo, sino en el otro".
   - En la cuarta la dijo: "Lo que tengo que comunicarte no es necesario escribirlo, hazme únicamente el regalo de venir aquí durante quince días seguidos". Se lo prometió y ella dijo: "Yo también te prometo hacerte dichosa, no en este mundo, sino en el otro."
   - En la 9ª aparición,  del 25 de Febrero, la Señora mandó beber y lavarse en la fuente. Sólo dijo la Señora: "Rogad por los pecadores".
  - El 23 de Febrero dijo: "Y ahora, hija mía, ve a decir a los sacerdotes que aquí, en este lugar, debe levantarse un Santuario, y que a él debe venirse en procesión."
  - El 24 de Febrero dijo tres veces: “Penitencia, Penitencia, Penitencia!"
  - El 25 de Marzo, a petición del párroco del lugar, la niña preguntó a la Señora: "¿Quien eres? Ella le respondió: "Yo soy la Inmaculada Concepción".
  - La síntesis de todas las palabras pronunciadas por la Señora en las diversas ocasiones en que se dejó ver por la niña fueron:
      + Penitencia por los pecados;
      + Oración y rezad el rosario;
      + Serás feliz en el cielo, no ahora;
      + Quiero un santuario aquí.
      + Amor a Jesús que está ofendido;
      + Yo soy la Inmaculada Concepción.
  El eco del mensaje se extendió pronto por el mundo entero. Los signos prodigiosos que surgieron, y surgen todavía hoy, son sólo caja de resonancia. El mensaje es mu­cho más puro, cautivador y misterioso. Es un reclamo a la fe en la presencia permanente de lo divino en medio de los hombres, también en los tiempos actuales.